¿Es posible influir en el metabolismo? En parte, sí.
Aunque la predisposición genética nos marca unos límites, un estilo de vida saludable y una dieta adecuada pueden flexibilizarlo.
“Es que yo tengo esta constitución y no puedo hacer nada” Esta es una afirmación que hemos escuchado muchas veces cuando alguien no consigue perder el peso que le sobra. Pues bien, no siempre nos tenemos que resignar a la constitución que hemos heredado. Los humanos vivimos en continua interacción con el medio, y el cuerpo es el resultado de la propia capacidad de adaptación.
El metabolismo está influenciado por la manera de vivir y, evidentemente, de comer.
El ejercicio físico es uno de los factores que más influye, ya que no sólo ayuda a quemar las grasas acumuladas, sino que, a largo plazo, puede modificar el metabolismo celular.
Alimentos que activan el metabolismo
Por lo que se refiere a la alimentación, hay que tener presentes determinados aspectos, como no comer más de lo que sea necesario o seguir una dieta elaborada a base de verduras, hortalizas, frutos, semillas, frutos secos, legumbres, cereales integrales, pescado y carne magra de buena calidad. Además, contamos con ayudas dietéticas:
- Especias picantes: generan calor y estimulan la combustión corporal. El jengibre o los capsinoides y capsaicinoides presentes en el chili o la guindilla aumentan la pérdida de energía diaria. Descubre cómo utilizar el jengibre en la cocina siguiendo esta técnica.
- Té verde: sus polifenoles ayudan a activar el metabolismo y contribuyen a la degradación de la grasa corporal.
- Yodo: este oligoelemento (que encontramos en el pescado, las algas marinas y el agua de mar) se utiliza para tratar casos de hipotiroidismo (que provoca una ralentización del metabolismo y también es muy habitual en el tratamiento de la obesidad.
- Selenio: alimentos como las nueces de Brasil o la levadura de cerveza son ricos en selenio, que facilita la transformación de tiroxina T4 en T3.
