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Pocas cosas gustan más que una sopa bien caliente cuando llegan los primeros fríos. De ahí que los caldos preparados no falten en casi ninguna cocina. Pero ¡recuerda!: Sólo si eliges caldos ecológicos te aseguras de que todos sus ingredientes son frescos y naturales, y están libres de aditivos, conservantes, aromas y extractos artificiales.
Preparar un caldo o una crema es muy fácil, pero requiere tiempo y dedicación para conseguir un plato rico en sabor, aroma y propiedades nutritivas. Los caldos, consomés, sopas y cremas de producción ecológica se cocinan siguiendo las recetas tradicionales, únicamente con ingredientes frescos, y basta con calentarlos para disfrutar de un plato de cuchara saludable y equilibrado.
En cambio, en la elaboración no ecológica se permite la incorporación de hidrolizados de proteínas, aromas, extractos y aditivos autorizados, como los potenciadores de sabor.
El glutamato monosódico (GSM) es el aditivo alimentario E621 y se añade a los caldos no ecológicos para potenciar el sabor a carne o proteína. Está prohibido en la producción ecológica y existen estudios que demuestran sus repercusiones negativas sobre la salud. Por ejemplo, su consumo incluso se ha relacionado con la obesidad (Olney, 1969*).
Su poder tonificante, reconstituyente y estimulante se debe, en gran medida, a su aporte mineral. Al comparar los caldos ecológicos con los no ecológicos, queda de manifiesto que los primeros tienen más propiedades, algo que se mantiene cuando se utilizan para preparar arroces o guisos, ya que los minerales no se destruyen durante la elaboración.
Mineral | Composición ecológica | Composición no ecológica | Valoración (Δ) a favor |
---|---|---|---|
Calcio | 122 | 25 | 388% |
Magnesio | 46,4 | 25,7 | 80% |
Hierro | 0,482 | 0,158 | 205% |
Zinc | 0,065 | 0,023 | 182% |
Los niveles de calcio y magnesio del caldo ecológico son, respectivamente, un 388% y un 80% superiores a los del producto no ecológico gracias a la mayor presencia de estos minerales en las verduras y hortalizas utilizadas, unos nutrientes que al ser fácilmente solubles pasan sin problemas al caldo. En la misma línea, los caldos ecológicos atesoran un 205% más de hierro y un 182% más de zinc frente a los no ecológicos
Ese elevado contenido mineral convierte a los caldos vegetales en imprescindibles en una dieta saludable. Así, 200 ml de caldo vegetal ecológico aportan el 25% de la ingesta diaria de calcio; y el 22% de la de magnesio para el hombre y del 38,7% en el caso de la mujer, debido a que la dosis recomendada de magnesio varía en función del género. Y si nos referimos al hierro, esta cantidad representaría el 6% de la ingesta diaria para el hombre y el 2,7% para la mujer porque las exigencias femeninas de este oligoelemento son mayores.
En cambio, 200 ml de caldo vegetal no ecológico apenas cubrirían el 4% de la cantidad diaria recomendada de calcio; el 12,2% de la de magnesio para los hombres (21,4% en el caso de las mujeres); y el 2% de la de hierro para el hombre (0,83% para la mujer)
Fuente: M. D. Raigón – Dto. Química de la Escuela Técnica Suprior del Medio Rural y Enología. Universidad Politécnica de Valencia.
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