Atención al cliente
De lunes a viernes de 9 a 20 h y sábados de 9 a 14 h (excepto festivos).
Mucho más que una simple dieta, la macrobiótica busca conseguir el bienestar físico, mental y espiritual mediante una alimentación natural y equilibrada.
En la dieta macrobiótica no faltan las algas, los cereales integrales, las legumbres, la proteína vegetal y los fermentados.
La macrobiótica es una filosofía de vida que aboga por el equilibrio entre el individuo y la naturaleza.
Como el alimento es una de las principales fuentes de energía del ser humano, la cocina se convierte en el instrumento principal para alcanzar ese punto de equilibrio energético en el que se goza de vitalidad y plenitud.
Se adapta a cada uno según diferentes características:
Esos y otros aspectos son los que dan indicaciones sobre la energía que la persona debe atraer, mantener o alejar para alcanzar sus objetivos.
Guía oriental
Equilibrio en la cocina
Gracias a la macrobiótica y su popularidad en los movimientos de alimentación y estilo de vida consciente, las algas marinas se reintroducen en la dieta, pero no como algo puntual y exótico sino como parte de un menú diario saludable y equilibrado.
Las algas son una excelente fuente de micronutrientes esenciales para los sistemas físicos y nervioso del organismo, a la vez que contribuyen a contrarrestar el exceso de toxicidad al que estamos expuestos.
Los cereales integrales vuelven a ocupar un lugar de privilegio: trigo sarraceno, mijo, avena y, por supuesto, arroz integral de grano redondo, un alimento muy aconsejable por su aportación de energía neutra, centrada y estable.
Las legumbres y sus derivados se convierten en las principales fuentes de proteína. De hecho, con las recetas macrobióticas se obtienen los mejores resultados digestivos y de sabor del tofu, el tempeh, el seitán…
Aunque la cocina macrobiótica no es estrictamente vegana, sí insiste en que la mayoría de alimentos sean de origen vegetal, integrales y ecológicos, sin sustancias colorantes ni conservantes químicos de síntesis.
Los fermentados son prácticamente indispensables en un régimen basado en alimentos integrales y en el que las hortalizas de temporada y de proximidad también asumen un papel protagonista.
Se suele tomar a diario miso, tamari, umeboshi, chucrut o pickles, al tiempo que se eliminan del menú los productos refinados.
La macrobiótica aconseja comer cereales, legumbres, verduras, derivados de la...
Las algas son una fuente excepcional de oligoelementos, vitaminas y...
Cada persona alberga una microbiota intestinal única, cuyo estado es...
Según la macrobiótica, la base de una alimentación equilibrada la...