Estamos en una época en la que el estrés está más presente que nunca. Descubre cómo disminuirlo a través de la alimentación y un estilo de vida saludable.

Se trata de un proceso en el que están en juego una situación determinada y los recursos de cada uno para afrontarla. El organismo tiene que defenderse de la tensión que eso le provoca y la respuesta suele ser una alteración del sistema nervioso y endocrino que afecta principalmente al sueño, el humor, la energía, la alerta mental y la irritabilidad.
Cómo combatir el estrés
Ejercicio físico y buenas posturas
Practicar ejercicio no sólo activa el tono muscular y mejora la salud, sino que, además, es un medio para poder distraerse, relajarse y desconectar mentalmente. De la misma manera, es aconsejable hacer actividades para mejorar la educación postural y, al mismo tiempo, la respiración: yoga, meditación, masajes relajantes, técnicas de respiración…
Dieta saludable
Es fundamental revisar la dieta y empezar por
eliminar las harinas y los azúcares refinados (ya que aumentan la síntesis de adrenalina y causan una hipoglucemia después de haber hecho su efecto),
junto con el café, el té y las bebidas con alcohol. Así mismo, hay que intentar que las cenas sean más ligeras (a base de puré o sopas), tomar infusiones relajantes, beber mucha agua (contribuye a evitar la retención de líquidos y a disminuir la presión arterial) y cocinar la parte proteica de las comidas a la plancha, al horno o al vapor para facilitar las digestiones.
- Cereales integrales (trigo sarraceno, arroz Basmati integral, avena, quinoa, cuscús integral, mijo): aportan hidratos de carbono complejos que faciliten energía de manera gradual.
- Legumbres (azukis, garbanzos, lentejas): son ricos en vitaminas del grupo B, fibra, proteínas, hidratos de carbono complejos, zinc, magnesio y calcio.
- Fruta y verdura de temporada: una gran fuente de fibra, vitaminas y minerales, así como también de potasio.
- Semillas (lino, sésamo molido, chía, semillas de calabaza) y frutos secos (nueces, almendras, avellanas): contienen calcio, magnesio y omega-3, y es recomendable dejarlas previamente una noche en remojo para aprovechar mejor los minerales.
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Suplementos que ayudan
También es aconsejable tomar suplementos nutricionales que complementen la dieta antiestrés.
- Vitaminas del grupo B: tienen un efecto calmante y relajante sobre el sistema nervioso.
- Vitamina C: actúa regulando las concentraciones de hormonas que derivan en estados de estrés y desencadenan los síntomas mencionados anteriormente.
- Magnesio y calcio: estos minerales previenen deficiencias que pueden provocar irritabilidad, tensión e insomnio.
- Zinc: activa el sistema inmunitario y regula la concentración de hormonas, de manera que evita que su deficiencia agrave los síntomas del estrés.
- Rodiola: estimula la actividad de la serotonina y reduce la depresión y la ansiedad.
- Coenzima Q10: proporciona energía de manera gradual durante el día sin alterar los nervios.