La polenta o sémola de maíz es muy nutritiva, rápida de cocinar, fácil de digerir y apta para los celíacos. Además, tiene un sabor muy suave que gusta a los más pequeños y es especialmente adecuada para la época calurosa.

Originaria del norte de Italia, la polenta data de cuando el maíz llegó de América a Europa. Siglos más tarde, a finales del XIX y principios del XX, muchos italianos emigraron a Argentina, donde también es muy popular. De hecho, en aquellas tierras, cuando se dice que una persona “tiene polenta” significa que es fuerte y disfruta de una buena salud.
Descubre la polenta
- Es rica en vitamina B1 y provitamina A: el maíz es uno de los alimentos más ricos en vitamina B1, necesaria para que el cuerpo transforme los alimentos en energía y el cerebro absorba la glucosa. La falta de esta vitamina produce cansancio y poca capacidad intelectual. Además, este cereal se diferencia de los otros por su elevado contenido en carotenos, que se transforman en vitamina A, la vitamina protectora de la piel, las mucosas y la vista.
- Tiene un alto contenido en manganeso: un mineral imprescindible que ayuda al crecimiento de los huesos y a la formación de los músculos.
- Aporta fibra: gracias a que no ha sido refinada, la polenta es rica en fibra soluble, que regula el funcionamiento intestinal, ayuda a reducir el colesterol y elimina la ansiedad.
- Contiene azúcares naturales: el maíz, como otros cereales integrales, contiene azúcares naturales que entran en la sangre poco a poco. Así, el nivel de azúcar en sangre se mantiene estable, y eso hace que nos sintamos alegres y equilibrados.
- No tiene gluten: por este motivo la pueden tomar los celíacos y alérgicos a la proteína del gluten.
La polenta en la cocina
Se puede cocinar de muchas maneras y admite un montón de texturas y sabores diferentes. Te explicamos cómo la puedes preparar, ya sea para llevar o para comer en casa. Si quieres prepararla para ir a la playa o de excursión, se tiene que hacer compacta, y para conseguirlo hay que hervirla con poco agua. En cambio, si aumentas la cantidad de agua, quedará más suave y la puedes servir caliente con salsa de tomate, salsa de champiñones o pisto. En Argentina y Uruguay se mezcla con mantequilla, se gratina con queso y con las sobras se pueden hacer croquetas.
- Cocción: pon 3 o 4 tazas de agua y una pizca de sal en una cazuela, y cuando arranque el hervor, deja caer la polenta en forma de lluvia. Es muy importante que vayas removiendo para que no se formen grumos. De hecho, se tiene que remover durante 10 minutos a fuego lento, y cuando esté cocida la puedes mezclar con cebolla o verduras sofritas y dejarla enfriar para que se compacte.
- Preparación: una vez fría, aplástala bien y córtala. También puedes mezclarla con queso, una combinación que la hace más nutritiva, ya que se asimilan mejor los nutrientes.
- Para darle sabor: una vez fría y cortada, la puedes pasar por la sartén y dorarla por los dos lados.
En este
vídeo encontrarás la técnica de cocina perfecta para que mantenga intactas sus propiedades nutricionales. Después, puedes preparar esta deliciosa receta de
triángulos de polenta.