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Seguir una dieta saludable no tiene por qué ser sinónimo de gastar mucho. Al contrario, puedes disfrutar de una alimentación ecológica y muy nutritiva a un precio más ajustado de lo que crees. ¡Incorpora las pautas que te compartimos en esta guía para ahorrar comiendo ecológico!
El primer paso es centrar la dieta diaria en productos frescos, disminuyendo drásticamente la presencia de procesados. El objetivo es elegir alimentos que mantengan su aspecto original y apenas se hayan manipulado, ya que cuanto menos procesados, más nutritivos, sanos y económicos resultan.
Asimismo, los ultraprocesados son ricos en azúcares refinados y grasas trans, y un exceso de snacks, refrescos, bollería… puede acabar provocando obesidad.
La obesidad en la infancia y la adolescencia puede tener consecuencias graves. Los niños obesos tienen muchas probabilidades de desarrollar diabetes de tipo 2, hipertensión y dificultades para dormir y, a largo plazo, llegan a ser adultos con más riesgo de problemas cardiovasculares y articulares, entre otros.
La naturaleza es sabia y nos ofrece lo que el organismo necesita según la estación. Por ejemplo, el invierno es tiempo de gripes y resfriados y, a la vez, es época de mandarinas y naranjas, dos cítricos ricos en vitamina C, que ayuda a combatir los catarros.
Cuando las frutas y verduras son de temporada no sólo son más económicas, sino que están más frescas y sabrosas, ya que las plantas se encuentran en su ciclo natural de crecimiento.
Hay que potenciar el consumo regular de estos alimentos porque aportan una gran cantidad de nutrientes esenciales, además de adaptarse a todos los presupuestos.
Al disminuir el consumo de carne podrás elegirla de mayor calidad, como la ecológica, que es mucho más nutritiva y saludable. Y recuerda ir variando entre ternera, cerdo, pollo, pavo…
El huevo es rico en proteínas de alto valor biológico y tiene un precio realmente asequible. Puedes prepararlo de muchas formas o bien añadirlo a cualquier receta para enriquecerla.
Podrás adquirir las cantidades que realmente necesitas, evitando el exceso de alimentos que acaban caducando.
Se trata de hacer lo que ya hacían nuestras abuelas.
Al hacerlo, reduces el gasto y generas un impacto medioambiental positivo porque evitas residuos.
¡Apúntate al batch cooking!
Consiste en escoger un día, organizar los menús de la semana y dejar preparados diferentes platos (legumbres y cereales cocidos, pasta hervida, verduras salteadas…), que te facilitarán el trabajo cuando llegue el momento de hacer la comida.
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