Consejos

Las crucíferas

Las crucíferas poseen propiedades más que interesantes para la salud, por eso los expertos recomiendan consumirlas unas tres veces por semana. Crudas, hervidas, salteadas, al vapor, germinadas… Sus posibilidades en la cocina son muy variadas y tanto su sabor como su textura siempre resultan apetecibles. Las crucíferas - Veritas Las crucíferas son una familia vegetal que incluye un grupo de alimentos entre los cuales podemos encontrar coles (de Bruselas, china, rizada, lombarda), coliflor, brócoli, colinabo, nabo, pak choi, mostaza… Su importancia para el buen funcionamiento del organismo viene dada por su contenido en glucosinolatos, unos compuestos antioxidantes que evitan la formación de células anticancerígenas y regulan las hormonas.

Las crucíferas en la cocina

A la hora de cocinarlas puedes dar rienda suelta a tu creatividad e ir más allá de los caldos y las sopas.
  • Al dente: las crucíferas verdes deben cocinarse poco para mantener al máximo la clorofila, y si se hierven hay que hacerlo siempre con sal. El tiempo de ebullición será relativamente corto (entre 3 y 5 minutos), para evitar la pérdida de nutrientes. Una vez más, el vapor es una gran opción, porque al cocinar sin agua se conservan casi todos los nutrientes.
  • Crudas: esta es una muy buena manera de consumirlas, pero si hay problemas de tiroides deben tomarse cocinadas.
  • Hervidas y salteadas: las coles de Bruselas están deliciosas así preparadas. Si las quieres hacer a la plancha es aconsejable escaldarlas unos segundos para que se cocinen de manera uniforme. La coliflor, por su parte, admite todo tipo de cocciones. Queda perfecta al vapor, pero si prefieres hervirla lo ideal es añadir una pizca de sal y un poco de limón o vinagre de manzana.
  • La cocción de las hojas: las de kale quedan buenísimas en forma de chips, y las de pak choi son estupendas para preparar aperitivos envueltos o ensaladas. Es importante no cocinarlas en exceso. Las puedes saltear de forma rápida, escaldar o cocinar al vapor.
Es muy habitual que tras su ingesta aumenten las flatulencias. Para evitarlo es conveniente acostumbrarse a tomarlas regularmente en pequeñas cantidades, masticarlas muy bien y tomar algún carminativo (hinojo, anís, comino) o una infusión que ayude a reducir la formación de gases y facilite su expulsión.