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En nuestro obrador de Lliçà d’Amunt (Barcelona), elaboramos de forma artesanal una gran selección de panes ecológicos que se distribuyen diariamente a todas las tiendas. Tras comparar la etiqueta de nuestro pan de molde integral con la de uno de marca blanca que se puede encontrar en un supermercado, vemos que las diferencias son más que notables.
Las diferencias entre ambos no se limitan a la cantidad de ingredientes utilizados, sino que también radican en la calidad de estos. Además, el hecho de que nuestro pan sea de producción ecológica garantiza la ausencia de posibles restos de pesticidas y fertilizantes de origen sintético, transgénicos u organismos modificados genéticamente y aditivos no autorizados. Por otra parte, el cultivo ecológico del trigo y de las demás materias primas fomenta la rotación de los cultivos, contribuyendo así al mantenimiento de la biodiversidad de los campos.
En el gráfico se puede apreciar que la versión ecológica contiene más calorías y grasas debido a la adición de leche en polvo, pero son de buena calidad nutricional. El contenido en hidratos de carbono es igualmente superior, lo que indica que se utiliza más harina y se elabora con masa madre. Esta última permite prescindir de otros aditivos, aumenta la conservación del pan, reduce su índice glucémico y lo hace más digestivo, aromático y sabroso.
Finalmente, cabe señalar que –según estudios realizados por la Dra. Dolores Raigón en su libro Manual de la Nutrición Ecológica. De la molécula al plato– el pan ecológico contiene menos agua y aporta más nutrientes y hasta un 33% más de minerales que el pan no ecológico, lo que significa que es más nutritivo.
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